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¿Has sentido alguna vez que llevas el peso del mundo en los hombros? No es casualidad. Nuestro cuerpo guarda la memoria de todo lo que vivimos, y cuando no procesamos nuestras emociones, ellas encuentran otros caminos para expresarse. La tristeza se instala en el pecho, la ira se manifiesta como tensión en las cervicales, y el miedo se aloja en el vientre creando nudos inexplicables.
El yoga, mucho más que una serie de posturas físicas, se convierte en una puerta hacia la liberación emocional que tanto necesitamos. Es un espacio donde cada respiración nos invita a soltar esa carga invisible que llevamos día tras día. Descubre cómo reconocer las señales de tu cuerpo y cómo transformar tu práctica de yoga en una herramienta poderosa de sanación emocional.

Vivimos inmersos en una sociedad acelerada, en la que el hacer constante, las exigencias y la falta de pausa se han convertido en el pan de cada día. Muchas veces, me encuentro acompañando a personas que sienten que su mente no para, que el cuerpo les habla a través de tensiones, insomnio o esa sensación constante de inquietud interior. ¿Te suena?